En Asturias se dice esa frase de que "del gochu hasta los andares" se aprovecha, y nos viene muy bien para explicaros uno de los ingredientes o materias primas de este plato tan sencillo y nutritivo. Estamos hablando del picadillo, es decir, carne de cerdo adobada. Un manjar que si es casero es de dioses.
Esta receta aunque no lo creáis se basa en el encanto de lo sencillo, quien no ha querido dejar la creatividad de lado por mojar un torto de maíz recién frito y crujiente en la grasilla que suelta el picadillo mezclada con la yema del huevo frito.
Este tipo de plato es un claro ejemplo de la sabiduría de la cocina popular, la tradición y lo casero.
Ingredientes: (en función del número de comensales)
- Huevos
- Picadillo
- Jamón Serrano
- Harina de maíz
- Agua
- Aceite
- Sal
Prepraración:
Para preparar la masa, colocamos harina de maíz en un bol, le añadimos una pizca de harina de trigo y sal. Añadimos el agua tibia, poco a poco, y vamos amasando, hasta crear una masa homogénea. Dejamos reposar la masa media hora, aproximadamente.
A continuación, formamos pelotitas con la masa y las aplastamos con la ayuda de un paño húmedo o un papel film, para que no se pegue; y vamos formando los tortos. Freímos los tortos en aceite abundante y caliente, pero no humeante.
Una vez dorados los sacamos de la sartén y los colocamos sobre un papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
En ese mismo aceite, donde hemos frito los tortos, podemos freír los huevos. Seguidamente, retiramos gran parte de dicho aceite y colocamos unas lonchas de jamón serrano sobre la sartén, hasta que cojan color.
Por último el picadillo; sobre la misma sartén de donde hemos retirado el aceite, salteamos a fuego vivo el picadillo para que quede suelto, crujiente y vaya soltando la grasa. A continuación lo servimos en el plato y listo.