En la localidad de San Xuan de Beleño, capital del concejo de Ponga, reciben el Año Nuevo con
El Guirria. |
Los días de Navidad, Año Nuevo y Reyes los mozos solteros del lugar se reúnen en cuadrilla
para pedir el Aguinaldo. Van a caballo, disfrazados y piden comida de casa en casa mientras
cantan canciones populares. En estas mascaradas los mozos se revisten con pieles y
cencerros simbolizando las fuerzas de la naturaleza a las que realizan tan singular ofrenda.
También existen en la comitiva personajes fijos: la cardadora, una vieja cardando lana como
símbolo del invierno; el oso y el los espíritus del bosque o el Xamasqueiru que portaba un ramo
de acebo. Y a la cabeza de tan infernal compaña encontramos al Guirria.
El Guirria es una figura que ha trascendido al cristianismo desde la tradición prerromana.
Probablemente sea de origen celta. Es el único que se desplaza a pie de todos los mozos. Va
vestido con un pantalón blanco con una franja encarnada, camisa del mismo color, un gorro en
forma de cucurucho de unos cuarenta centímetros, formado por una o dos pieles de oveja y
rematado con un rabo de zorro y una careta con unas grandes barbas negras. Porta con él un
saco lleno de cenizas (que antiguamente se utilizaban como fertilizante para la tierra) con las
que rocía a las jóvenes solteras a las que se encuentra.
La persona encargada de encarnar al Guirria es elegido la noche anterior a la fiesta de Año
Nuevo y su identidad permanece oculta hasta el final de la misma. Además de este Aguinaldo
se celebra esa noche también el Sorteo de Devotos. En él los chicos y chicas solteros de la
localidad mayores de 15 años son emparejados por sorteo formando parejas que en ocasiones
han durado toda la vida.
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